Jorge Asdrubal
La mayoría de las empresas se concentran en protegerse de ataques externos como el malware, los piratas informáticos o el phishing. Sin embargo, uno de los peligros más serios para la seguridad proviene del interior: las amenazas internas. Estas amenazas se originan dentro de la organización, ya sea por empleados malintencionados o errores accidentales, y son más difíciles de detectar porque los insiders ya tienen acceso legítimo a los datos y sistemas sensibles.
En este artículo, exploraremos cómo cazar y detectar amenazas internas de manera efectiva, utilizando las herramientas y estrategias adecuadas para proteger tu empresa.
Una amenaza interna se refiere a cualquier riesgo de seguridad que se origina desde dentro de una organización. Esto incluye empleados, contratistas o socios con acceso autorizado a los sistemas de la empresa, pero que utilizan su acceso de manera inapropiada. Las amenazas internas suelen clasificarse en dos categorías:
Insiders maliciosos: Personas que, de manera intencionada, roban datos, sabotean sistemas o filtran información para perjudicar a la organización.
Insiders negligentes: Empleados que, sin querer, exponen a la empresa a riesgos debido a descuidos, como compartir contraseñas, caer en ataques de phishing o no seguir los protocolos de seguridad.
Dado que los insiders ya tienen acceso autorizado a la información crítica, estas amenazas son más difíciles de detectar que los ataques externos. Por ello, es fundamental adoptar una estrategia proactiva para cazar y detectar amenazas internas antes de que causen un daño mayor.
A diferencia de las amenazas externas, que suelen involucrar intentos de acceso no autorizados, las amenazas internas provienen de personas que ya tienen permisos legítimos. Esto hace que sus acciones parezcan normales a primera vista, lo que complica la detección de actividades maliciosas.
Entre los principales desafíos para detectar amenazas internas, encontramos:
Acceso legítimo: Los insiders tienen credenciales válidas, por lo que los sistemas de control de acceso tradicionales pueden no detectar comportamientos sospechosos.
Comportamiento que se camufla: Los insiders maliciosos suelen actuar de manera que se confunde con las actividades diarias, dificultando la identificación de acciones irregulares.
Falta de monitoreo: Muchas organizaciones no monitorean de cerca el comportamiento de sus empleados, especialmente si existe un alto nivel de confianza, lo que facilita que las amenazas internas actúen sin ser detectadas.
Por estas razones, es esencial contar con estrategias que permitan cazar y detectar de manera proactiva las amenazas internas.
Establecer Líneas de Base del Comportamiento y Detectar Anomalías
El primer paso para detectar amenazas internas es entender qué es lo "normal" dentro de tu organización. Aquí es donde las herramientas de Análisis del Comportamiento del Usuario (UBA) son fundamentales. Estas soluciones ayudan a establecer una línea base de comportamiento para cada usuario rastreando patrones como:
Horarios típicos de inicio de sesión.
Archivos que suelen acceder.
Cantidad de datos que suelen transferir.
Ubicación física o IP desde la que suelen conectarse.
Una vez que se han establecido estos patrones, las herramientas de UBA pueden detectar anomalías, como:
Inicios de sesión en horas inusuales (por ejemplo, fuera del horario laboral).
Acceso a archivos que normalmente no utiliza el usuario.
Transferencias de grandes volúmenes de datos.
Conexiones desde ubicaciones geográficas inesperadas o dispositivos desconocidos.
Estas anomalías no siempre indican comportamiento malicioso, pero son una señal de alerta que requiere una investigación más detallada.
Implementar Soluciones de Prevención de Pérdida de Datos (DLP)
Las herramientas de Prevención de Pérdida de Datos (DLP) son esenciales para detectar y prevenir las amenazas internas. Estas soluciones controlan y monitorean la circulación de datos sensibles dentro y fuera de la organización, alertando ante cualquier intento de fuga de información.
Las principales funciones de las DLP incluyen:
Monitoreo de contenido: Las herramientas DLP pueden escanear correos electrónicos, almacenamiento en la nube y otros canales de comunicación para asegurarse de que la información sensible (como datos de clientes o propiedad intelectual) no se comparta de manera inapropiada.
Bloqueo de datos: Si un empleado intenta cargar archivos sensibles en un servicio de nube no autorizado o enviarlos a su correo personal, las soluciones DLP pueden bloquear la transferencia y alertar al equipo de seguridad.
Cumplimiento de políticas: Las herramientas DLP garantizan que los datos se usen de acuerdo con las políticas de la empresa y con las normativas vigentes, como el RGPD, evitando exposiciones accidentales de información.
Las DLP son especialmente útiles para prevenir amenazas internas accidentales, como empleados que sin querer comparten información confidencial.
Implementar Analítica del Comportamiento de Entidades y Usuarios (UEBA)
Mientras que la UBA se enfoca en el comportamiento de los usuarios, la Analítica del Comportamiento de Entidades y Usuarios (UEBA) amplía el monitoreo para incluir dispositivos, aplicaciones y redes. Este enfoque es crucial porque los insiders pueden comprometer tanto cuentas personales como sistemas o dispositivos.
Las herramientas UEBA permiten:
Monitorear el comportamiento de los usuarios junto con la interacción de los sistemas, servidores y dispositivos IoT con datos sensibles.
Detectar comportamientos anómalos en máquinas o dispositivos que podrían indicar malware o intentos de piratería.
Rastrear actividad inusual, como servidores subiendo grandes volúmenes de datos o aplicaciones accediendo a sistemas fuera de sus permisos.
Al combinar UEBA con UBA, las empresas pueden detectar una gama más amplia de comportamientos sospechosos, tanto de personas como de dispositivos comprometidos.
Monitorear Cuentas Privilegiadas
Las cuentas privilegiadas (como administradores de sistemas, personal de TI o ejecutivos) tienen acceso elevado a los sistemas críticos y a datos sensibles. Esto las convierte en objetivos prioritarios tanto para insiders maliciosos como para hackers externos que buscan explotar sus permisos.
Para monitorear estas cuentas de manera efectiva, es importante:
Implementar herramientas de Gestión de Acceso Privilegiado (PAM): Las soluciones PAM brindan control granular sobre quién puede acceder a sistemas y datos críticos. Además, permiten aplicar políticas de menor privilegio, asegurando que los usuarios solo tengan los permisos necesarios para realizar su trabajo.
Registrar actividad privilegiada: Las herramientas PAM también monitorean y registran todas las acciones realizadas por usuarios privilegiados, proporcionando una pista de auditoría clara en caso de incidentes sospechosos.
Habilitar monitoreo de sesiones en tiempo real: El monitoreo de sesiones en vivo permite a los equipos de seguridad observar en tiempo real las acciones de los usuarios privilegiados y detectar rápidamente comportamientos inusuales.
Automatizar la Caza de Amenazas con Herramientas SIEM
Las herramientas de Gestión de Información y Eventos de Seguridad (SIEM) son fundamentales para la detección de amenazas internas. Los sistemas SIEM recopilan y analizan datos de registro de múltiples fuentes, proporcionando una vista completa de la actividad de usuarios y sistemas dentro de la organización.
Con SIEM, los equipos de seguridad pueden:
Correlacionar datos de diferentes fuentes (como registros de comportamiento de usuarios, accesos a sistemas o transferencias de archivos) para identificar patrones sospechosos.
Configurar alertas para eventos predefinidos o anomalías, como intentos de acceso no autorizados o intentos de acceder a archivos sensibles fuera del horario laboral.
Automatizar la caza de amenazas utilizando reglas preconfiguradas o personalizadas que detecten y respondan automáticamente a posibles amenazas internas.
Al consolidar y analizar datos de registro, las herramientas SIEM facilitan la detección y la investigación de las amenazas internas.
Aunque muchas de las herramientas de detección están diseñadas para alertar al equipo de seguridad cuando ocurre una actividad sospechosa, la caza proactiva de amenazas implica buscar activamente posibles riesgos antes de que se conviertan en incidentes. Los profesionales de la seguridad pueden utilizar inteligencia de amenazas y análisis de datos para descubrir riesgos ocultos que tal vez no generen alertas tradicionales.
Pasos para la caza proactiva de amenazas incluyen:
Analizar datos históricos para identificar patrones de comportamiento sutiles que puedan indicar una amenaza interna.
Cruzarse con métodos de ataque conocidos (por ejemplo, utilizando marcos como el MITRE ATT&CK) para predecir posibles ataques internos.
Poner a prueba las defensas mediante ejercicios de "red team" o simulaciones de ataques internos para identificar vulnerabilidades en la configuración actual de seguridad.
La caza proactiva permite a los equipos de seguridad anticiparse a los ataques y evitar que se materialicen.
Las amenazas internas son difíciles de detectar y pueden causar un daño significativo a tu negocio si no se abordan a tiempo. Al entender los riesgos y aplicar las herramientas y estrategias adecuadas, como Análisis del Comportamiento del Usuario (UBA), Prevención de Pérdida de Datos (DLP) y Gestión de Acceso Privilegiado (PAM), las empresas pueden cazar y detectar proactivamente las amenazas internas, minimizando los riesgos.
El monitoreo constante, la detección de anomalías y las herramientas automatizadas como SIEM ayudan a los equipos de seguridad a estar un paso por delante de los posibles ataques internos. Combinando estos enfoques con la caza proactiva de amenazas, las empresas pueden protegerse tanto de insiders malintencionados como de errores accidentales.
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